09/07/06 19:32-Casa.

Reflexiones
Spanglish.
Francisco Javier Arias me ha enviado un correo que leí hace tiempo, pero que no deja de hacerme gracia.
Esto es la carta que escribió una señora al programa de Luis del Olmo para
que la leyeran en directo:
«Desde que las insignias se llaman pins, los maricones gays las comida
frías lunchs, y los repartos de cine castings, este país no es el mismo:
ahora es mucho, muchísimo más moderno.Antaño los niños leían tebeos en vez
de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los
empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros, tan
ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware.
Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero, tonta de mí, creía que
hacía gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien
palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor.
Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la
misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap…
Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos
bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino feelings.
Sacamos tickets, compramos compacs, comemos sandwiches, vamos al pub,
practicamos el rappel y el raffting , en lugar de acampar hacemos camping
y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con kleenex.
Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado
mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino panties y los
hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se
echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el tónico..
El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace
footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero
siempre encuentra un parking.
El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el
escalafón, el ranking y el representante, el manager.
Los importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta
stands, los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters, y hasta nannies
cuando el hablante moderno es además, un pijo irredento.
En la oficina, el jefe esta siempre en meetings o brain storms, casi
siempre con la public-relations, mientras la assistant envía
mailings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y
se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y
con alguna top-model amante del yoghurt light y el body-fitness.
El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se hartan a bitter
y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la
carne.
En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila
como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto, como
saben ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que
contiene carnaza y si es reality parece el difunto diario El Caso, pero en
moderno. Ya no se realiza un programa, se hace un magazine.
Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de
ser mejores, te permiten hacer zapping. Estas cosas enriquecen mucho.
Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos
en otros tiempos, solo nos queda decir con acento americano la única
palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra «SIESTA.»
Espero que os haya gustado… yo antes de leerlo no tenia claro si el
trabajo me causaba stress o es que estaba hasta los cojones.