Nadando por «to lo alto».
Para los que no se conforman con ir este verano a la piscina de su urbanización y bañarse, pueden probar a viajar al Hotel Bay Sands de Singapur.
Allí, para distinguirte de los vecinos de urbanización y poder alardear de que han estado en un complejo hotelero que ha costado 6.000 millones de dólares (aunque el acceso a la piscina «sólo» cueste 20 dólares), te puedes pegar un baño en la piscina de 150 metros que se encuentra en el piso 55 a unos 200 metros de altura, junto con un restaurante, un bar, un spa y un parque botánico de 380 metros de longitud.
Es esta piscina, la más grande del mundo a esa altura, puedes tomarte los mojitos disfrutando de unas vistas sobrecogedoras, no aptas para tipos como yo que padecen de vértigo (y aún así hacen montañas y escalan).
Vía Gizmodo.