Hay más Androids que iPhones en el mundo. Es un hecho.
Yo soy el primero que defiendo al iPhone y al sistema operativo iOS, pero no puedo dejar de elogiar las cosas bien hechas, aunque sean Androides.
Si bien las malas experiencias de los usuarios con la fragmentación del sistema operativo y los terminales de gama baja que enseguida se quedan desfasados y pronto presentan problemas, hay cosas que se asumen como ciertas de Android y que no son tales:
- Es inestable y lento: cierto en gama baja y cuando los fabricantes se empeñan en cubrir el sistema operativo original con capas de personalización que enlentecen toooodo el sistema y la experiencia de uso. Vete a gama media-alta y alta y verás velocidad.
- La interfaz es fea: otra vez las malditas capas de personalización.
- Las baterías duran un suspiro: su duración es tan mala como la de cualquier otro smartphone. Si las baterías de esos terminales de más de 5 pulgadas se montasen en iPhones de menos de 5, los iPhones durarían casi dos días.
- La gama baja es basura: hasta hace bien poco, una verdad como un templo «gracias» a Samsung y otros fabricantes con terminales por debajo de los $200. Desde la llegada del Moto G esto ha cambiado y tomando casos como la gama Nexus, hay terminales con una inigualable relación calidad/precio. Siguiendo el ejemplo de Motorola y usando las mejoras incorporadas en Kit Kat, otros fabricantes se están poniendo las pilas.
- Es un sistema inseguro: si descargas de cualquier sitio y das permiso sin cuidado, tendrás problemas. Descarga sólo de Google Play, concede permisos lógicos (una aplicación de linterna no necesita permisos para acceder a tus contactos y enviar mensajes) y usa el sentido común.
Vía Celularis.