El primer cable telefónico submarino transatlántico (el TAT-1, Transatlantic No. 1) permitió que 36 líneas telefónicas se tendiesen en 1956 entre Oban (Escocia) y la Isla de Terranova, en Canadá. Pronto hubo que instalar un segundo cable (el TAT-2), de cuyo proyecto se ocuparon los gobiernos de Francia y Alemania y la operadora AT&T en EE.UU. y Canadá.
No fue hasta los 70 y 80 cuando se sumergieron los actuales cables de fibra óptica que los reemplazaron y que hacen posible nuestro mundo «internetizado».
Vía Gizmodo.