A veces nos sorprendemos con la precocidad de algunos niños en lo que a deportes se refiere.
Habitualmente toda esa precocidad viene originada por el impulso de unos padres a veces más deseosos de fama y dinero que de que sus hijos disfruten haciendo deporte.
Patrick Sweeney, de Cambridge, Boston, parece ser de esta tipología. En junio se llevó a su hija Shannon de 9 años y Patrick de 11 con la intención de «batir un récord del mundo» que estableció un británico de 10 años en 2009 con su padre cabezabuque.
En la bajada tras renunciar a la cumbre por las condiciones adversas, cuando pasaban por el Corredor de Goûter («Corredor de la Muerte») a 3.700 metros de altura, la familia escapó por los pelos de una avalancha. Ha ido grabando «la gesta» con una cámara, incluida la escena en la que casi pierden la vida sus hijos. Fue capaz de frenar el descenso de sus hijos con el piolet y una vez pasado el mal trago pidió ayuda a los alpinistas cercanos.
La situación ha llevado a Jean-Marc Peilles, alcalde de Saint-Gervais (municipio por el que se accede al Mont Blanc) a denunciar a este personaje «por poner en riesgo la vida de otros». Opina que «esta conducta es una demostración de orgullo llevado al máximo extremo». Además, ha declarado a ‘Le Figaro’ que «este tipo de actos no merecen una publicidad en un canal de gran cobertura sino una sanción ejemplar». «Si fuera francés, el señor Sweeney también merecería que le quitasen a sus hijos» (yo opino igual). Añade que «La ascensión del Mont Blanc es un trabajo para alpinistas, no es una caminata ni una tierra para explorar en busca de una hazaña para un récord Guiness». El alcalde también se queja de que el Mont Blanc se convierte en un parque de atracciones y es partidario de limitar el acceso de excursionistas: «Llegan 600 pasajeros en un avión que puede albergar a 400. Todos estos comportamientos dan una mala imagen del Mont Blanc y se echa a perder todo».
Sin embargo, el padre lumbreras opina que “es muchísimo mejor que tenerlos sentados en casa malgastando el tiempo jugando a Minecraft, videojuegos o viendo TV”. Además afirma que “si pueden aprender esta lección de valor mientras son jóvenes, entonces habré hecho un increíble trabajo como padre”.
Ya ves.
Como profesional de la educación y de la actividad física y del deporte, creo fírmemente que los niños hasta que no tengan cierta edad tienen que hacer deporte no competitivo, incluso debiendo estar prohibido por la legislación para protegerles de sus propios padres.