Las Power se desequilibran.
y se caen con todo el equipo.
Charlar y discutir sobre sus supuestas propiedades milagrosas con sus adictos se convirtió durante una temporada en un entretenimiento que se convertía en discusión porque era como hablar de religión: o creías en ellas o no. Y cuando creías en ellas lo hacías con todas las consecuencias. Era como el que cree en la homeopatía (imperdible el programa de Escépticos y el artículo al respecto de MicroSiervos, donde podéis encontrar otros artículos al respecto); era lo mejor que se había inventado desde la aparición del calimocho.
Después de tantos ratos de entretenimiento, ahora resulta que vaya, era una trola y un montaje de mercadotecnia del copetín.
Mira que los australianos (para ser hijos de los ex-convictos y las meretrices de Gran Bretaña como una vez me dijo un amigo estando de farra) fueron los primeros en darse cuenta y admitir públicamente el timo, como ya os conté en su momento.
Pues ahora tienen que pagar 54,7 millones de dólares (42 de euros) por publicidad engañosa y lógicamente y a pesar de que se supone que sólo en España han vendido más de 300.000, (lo que a un precio medio de 37 euros supone más de 11 millones de euros) y se han dado en bancarrota.
De todas maneras y si seguís creyendo fervientemente en ellas (porque os funcionan igual de bien que la curación con los cristales), os recuerdo que os podéis hacer vuestra propia Power por dos duros.